CLAUDIA PARADA

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Olinfa (en el arte, “Claudia”) Parada Allende, soprano chilena, nació en Santiago el 11 de septiembre de 1927. Fueron sus padres el diplomático boliviano don Rafael Parada Suárez y la dama chilena doña Enriqueta Allende.

Comenzó sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música de Santiago, estudiando violín, danza y finalmente canto, primero con doña Consuelo Guzmán y luego en el Curso de Opera de doña Clara Oyuela.

Las primeras presentaciones públicas de Olinfa Parada fueron en 1946 como solista de la Orquesta Sinfónica de Chile, por entonces dirigida por Víctor Tevah, participando en el estreno de las “Cuatro Canciones para Soprano” de  Alfonso Letelier.  En los años siguientes y hasta 1951 cantó la “Cantata de Navidad” de  Juan Orrego Salas,  el “Requiem” de Gabriel Fauré , el rol de Lia en “L’Enfant Prodigue” de Debussy y la “Egloga” Cantata para Soprano y Orquesta de Domingo Santa Cruz.

El debut  operático de Olinfa Parada tuvo lugar en el Teatro Municipal de Santiago, el 25 de septiembre de 1949, en el rol de Charlotte, en “Werther” de Massenet, junto a Matilde Broders, Jorge Infantas, bajo la dirección del maestro argentino Enrique Sivieri. También en 1949 cantó el rol de Lia, en “L’Enfant Prodigue” de Debussy, obra que no se daba desde su estreno en 1934, junto al tenor Hernán Würth y el barítono Genaro Godoy, bajo la dirección de Víctor Tevah.   El 27 y 28 de octubre de 1950 cantó el rol de la Condesa en “Le Nozze di Figaro” de Mozart, obra que tardíamente se estrenaba en Chile, bajo la dirección  musical de Víctor Tevah y la dirección escénica de Clara Oyuela.  También  el 24 de septiembre de 1950 es elegida por el maestro alemán Erich Kleiber para estrenar en el SODRE de Montevideo, las “Cuatro Canciones Póstumas” de Richard Strauss.
El programa se completó con la Sinfonía N° 3 “Eroica” de Beethoven.

 El 5 de septiembre de 1951 se presentó en el Salón Sur del Hotel Carrera en un concierto del “Ciclo Debussy” cantando “Vida y Amor de una Mujer” de Robert Schumann, las “Canciones” de Letelier y seis composiciones de Debussy. El 30 de septiembre de 1951 canta nuevamente en el Municipal, esta vez el rol de Mimí en “La Boheme” de Puccini, junto a Clara Stock, Jorge Infantas y Genaro Godoy. En su última temporada en el Municipal de Santiago (antes de viajar a Italia) cantó nuevamente el rol de la Condesa en “Le Nozze di Figaro”, con Clara Oyuela, Matilde Broders, Miguel Concha y Gabriel de los Ríos,  y el rol de Lia en “L’Enfant Prodigue” junto al tenor Juan Charles y el barítono Emilio Chaigneau. Ambas obras fueron dirigidas por Víctor Tevah.

En el Teatro Municipal de Lima (Perú) canta el 30 de octubre de 1951 “La Boheme” junto al tenor italiano Bruno Landi y la soprano chilena Clara Stock (Mussetta).

Audicionó para el maestro Erich Kleiber quien quedó impresionado con la joven soprano y solicitó una beca para ella, que no pudo obtener. Afortunadamente su madre, convencida de sus condiciones, hizo el esfuerzo económico que le permitió llegar a Europa para perfeccionarse.

Viaja a Italia y allí estudia canto y escena con Carmen Melis (la maestra de Renata Tebaldi), Elvira de Hidalgo (la maestra de María Callas), Gennaro Barra y Fiorenzo Tasso, todas grandes figuras del canto del pasado.  Gana el Concurso de Canto para  Jóvenes Cantantes.  Participa en algunos conciertos, como el realizado en Milán en 1952 en el ”Circolo Italia” junto al joven tenor Daniele Barioni en memoria de Giacomo Puccini.  El  25 de octubre de 1952 hace su debut en Italia, en el Teatro Comunale de Cento, en el rol protagónico de la ópera “Tosca” de Puccini.

Su nombre se hace conocido y es requerida en todos los grandes teatros italianos, como soprano dramática y en un repertorio de gran demanda como son “Andrea Chenier”, “Il Trovatore”, “Aida”, “Un Ballo in Maschera”,”La Forza del Destino”, “Ernani” y “Tosca”.

Reproducimos a continuación algunos comentarios de esos primeros años de triunfo de la Parada:

“Gran  musicalidad, voz cálida, seductora, dramática” (Roma);  “Bella voz entonada, extensa, expresiva y una pronunciación de excepcional seducción y claridad” (San Remo); “Artista exquisita, que cantó y expresó con gracia y suavidad la parte de Desdémona, reafirmándose cantante de gran calidad y de seguro porvenir, cosechó calurosas aplausos junto al ya conocido Ramón Vinay” (Bolonia); “Una de las mejores prominentes sopranos de la nueva generación” (Florencia); “Su voz es pura, decisiva, y de una docilidad perfecta” (Bruselas); “Desempeño escénico lleno de sensibilidad e inteligencia” (Ginebra); “Perfecta cualidad de soprano dramática, todo mesura, todo buen gusto” (Ginebra).

El 4 de junio de 1957 debuta en el Teatro alla Scala, de Milán, como Leonora en “La Forza del Destino” de Verdi, junto a Giuseppe Di  Stefano, Giulietta Simonato y Aldo Protti., bajo la dirección de Antonino Votto, sustituyendo a la soprano Antonieta Stella que cantó el resto de las funciones programadas.

En septiembre de 1957 regresa triunfalmente a Chile para participar en la temporada de celebración del Centenario del Teatro Municipal de Santiago. Se la escuchó en los roles protagónicos de las óperas “Tosca”, “Aida”, “Andrea Chenier” y “La Boheme”.  La recepción de sus compatriotas fue más bien fría. “En ‘Tosca’ sólo recibió cortés bienvenida de aplausos tibios. Muchos se extrañaron de la contención del público. Después la aplaudieron más y la obsequiaron con una petición de ‘bis’…En ‘Aida’, Claudia obtuvo una acogida más cálida, pero siempre sin desbordes de entusiasmo” (“Ercilla”-25/09/1957)

En la célebre Scala volvió a cantar en 1958 (Un Ballo in Maschera), 1959 (Ernani), 1965 (Simon Boccanegra),  1969 (Don Carlo, y Ernani), 1971 (Maria Stuarda), 1978 (Il Trovatore) y 1982 (Anna Bolena).

La función del 12 de enero de 1958 en La Scala fue para sustituir a la anunciada María Callas. En efecto, la diva griega había sido Amelia en las cinco funciones anteriores, del 7 al 22 de diciembre de 1957. Luego, el 2 de enero de 1958, vino la lamentable cancelación de “Norma” en la Opera de Roma, con el escándalo consiguiente. La Callas canceló todas sus presentaciones en Italia y se fue a los Estados Unidos. Para Claudia fue la oportunidad de regresar al escenario milanés en uno de sus roles preferidos.
En España cantó en San Sebastián (1958), Bilbao (1960), Oviedo  (1960) y Barcelona (1970).
Sus presentaciones en Oviedo fueron para sustituir a la anunciada Shakeh Vartenissian. La crítica ovetense no escatimó elogios:
“Claudia Parada nos causó una magnífica impresión. Voz de calidad, volumen y extensión idóneas, cantó la obra entregada a su personaje, matizando  con certeza los pasajes, ora dramáticos, ora líricos…siendo especialmente ovacionada después de su romanza ‘Ernani involami’ (Manuel Mairlot Salinas en ‘La Voz de Asturias’- 20/09/1960).
“Claudia Parada posee una hermosa voz de soprano con la que consigue las inflexiones y efectos  que el personaje requiere. Puede decirse que el éxito que obtuvo en su debut en nuestra ciudad, fue extraordinario” (Semitono en “Región”-21/09/19*60)
“Claudia Parada volvió a deleitarnos con su extraordinario temperamento y su voz de amplia extensión, ofreciéndonos una Abigail magnífica” (Manuel Mairlot Salinas en “La Voz de Asturias”-22/09/1960)

Otro importante hito en la carrera de Claudia Parada fue su debut en el Metropolitan Opera de New York, el 27 de febrero de 1962 en la ópera “Un Ballo in Maschera” junto al tenor Carlo Bergonzi, obra que repitió el día 7 de marzo del mismo año.  Al Metropolitan regresó una vez más para cantar el rol de Maddalena en “Andrea Chenier” el 25 de enero de 1963, junto al tenor Richard Tucker.  Lamentablemente, pocas fueron sus oportunidades en el coliseo neoyorquino. En “Un Ballo in Maschera” sustituyó a Leonie Rysanek, y en “Andrea Chenier” tuvo que compartir el rol con Eileen Farrell, Gabriella Tucci y Zinka Milanov.
Los comentarios de la crítica estadounidense tampoco fueron demasiados entusiastas:

“…con un poco más de estudio y práctica podrá convertirse en una gran cantante. Sus aptitudes sugieren lo que su voz naturalmente prometedora podría realizar con técnica y dominio de la música adecuados” (“The New York Herald Tribune”)
“….una mujer atractiva con una voz interesante, hermosa y un buen volumen” (“Daily News”)

El debut de la soprano en el  Teatro Colón de Buenos Aires tuvo lugar el 30 de julio de 1965, en el rol protagónico en la ópera de Claudio Monteverdi  “L’Incoronazione di Poppea”.

Claudia Parada realizó una carrera importantísima en todos los teatros italianos. Pero además cantó en Bruselas y Amberes (Bélgica, 1955), Amsterdam (Holanda), Lausana  y Ginebra (Suiza, 1959),  Amberes, Bruselas y Verviers (Bélgica, 1955, 1960 y 1975), Berlín, Munich y Colonia (Alemania),  Viena (Austria, 1959), Belgrado (Yugoslavia), Teherán y El Cairo,  Osaka y Tokyo (Japón, 1963) y Edimburgo (Gran Bretaña, 1969). En América del Sur, además de cantar en Buenos Aires en 1965 y en 1970, cantó en Caracas en 1976.

En enero de 1964 fue premiada en Roma con la “Targa d’Oro 1963”, galardón que se otorga a los mejores artistas líricos de Italia.

Claudia Parada no cantó en Chile con la frecuencia que  hubiera deseado. Después de la temporada 1957, volvió en 1966 para cantar “Tosca” y en 1967 para cantar “Un Ballo in Maschera” y “Andrea Chenier”. En 1975 cantó “Norma” de Bellini junto a la mezzosoprano chilena Laura Didier-Gambardella y luego “Il Trovatore” junto a la mezzosoprano, también chilena,  Marta Rose.  Sus últimas presentaciones en Chile fueron en junio y julio de 1984, ahora en la cuerda de mezzosoprano, cantando el rol de Amneris en “Aida” y Azucena en “Il Trovatore”.

En 1964 Claudia Parada comienza a incursionar en un repertorio distinto al tradicional, aunque sin abandonar las obras en las que había triunfado durante quince años:

Marie en “Wozzeck” de Alban Berg (Opera di Roma, 1964)
Salomé en “Salomé” de Richard Strauss (Florencia, 1964)
Giorgetta en “Il Tabarro” de Giacomo Puccini  (Palermo, 1964)
Jenufa en “Jenufa” de Leos Janacek  (Trieste, 1965)
Poppea en “L’Incoronazione di Poppea” de Claudio Monteverdi  (Buenos Aires, 1965)
Stefana en “Siberia” de Umberto Giordano (Foggia, 1967)
Salud en “La Vida Breve” de Manuel de Falla (Palermo, 1968)
Ellen Orford en “Peter Grimes” de Benjamin Britten (Turín, 1968)
La madre  en “Il Prigioniero” de Luigi Dallapiccola (Florencia, 1969)
Bianca en “Le due illustri rivali” de Saverio Mercadante (Venecia, 1970)
Lucrezia en “Lucrezia” de Ottorino Respighi (Buenos Aires, 1970)
Maria en “Maria Egiziaca” de Ottorino Respighi (Buenos Aires, 1970)
Katerina en “Katerina Ismailova” de Dimitri Shostakovic  (Turín, 1971)
Maria Stuarda en “Maria Stuarda” de Gaetano Donizetti (Milán, 1971)
Selika en “L’Africana” de Giacomo Meyerbeer (Florencia, 1971)
Doña Ana en “Don Giovanni” de Wolfgang A. Mozart (Florencia, 1971)
Anne Trulove en “La Carriera di un Libertino” (The Rake’s Progress) de Igor Stravinsky (Turín, 1972)
Soprano en “Carmina Burana” oratorio profano de Carl Orff (Venecia, 1973)
Juana de Arco en “Giovanna d’Arco al Rogo” (Jeanne d’Arc au Bûcher) de  Arthur Honneger (Génova, 1977)
Lady Macbeth en “Macbeth” de Giuseppe Verdi (Génova, 1978)

Después de casi un año readecuando su voz, en noviembre de 1979 reaparece Claudia Parada ahora en la cuerda de mezzosoprano. Su rol de “debut” es Amneris en “Aida” que canta en el Teatro Verdi de Sassari.

Su voz, sin embargo, ya no es la misma. En su nueva “cuerda” solamente canta seis roles nuevos: Amneris, Azucena, Giovanna Seymour, Leonora de Guzmán, Laura y Ulrica (además de Charlotte y Santuzza, que ya había cantado en su época de soprano).

Los días 19, 22 y 24 de Septiembre de 1985, en el Auditorio de Cagliari, cantó un rol de contralto, el de ‘Bertarido’ en Rodelinda, de Händel, con Elena Mauti Nunziata (Rodelinda), Renzo Casellato (Grimaldo), Rosy Orani (Eduvigis), Giancarlo Lucardi (Garibaldo), Francesco Musinu (Unulfo) y dirección de Otto Gerdes. 
En octubre de 1989 hizo su última aparición escénica cantando el rol de Madame Flora (Baba) en “La Medium” de Giancarlo Menotti, en el Festival de Ancona.

Claudia Parada cantó durante 40 años y tuvo un extenso repertorio Ella decía que había cantado 108 roles diferentes abarcando cuatro siglos de música. El autor de esta biografía y de la Cronología Completa que sigue sólo pudo constatar  55 roles. No obstante es  todo un “record” que muy pocos artistas líricos pueden ostentar. Cantó prácticamente todo el repertorio operístico de Monteverdi a Berg, de Bellini a Britten, de Donizetti a Dallapiccola, de Händel a Menotti, de Verdi y Puccini a Janacek y Stravinsky. En su libro autobiográfico, “Un trono vicino al sol”, el tenor Mirto Picchi la recuerda con estas palabras que son su verdadero retrato: “versatile ed eclettica”.

 Vivió 30 años en Milán, luego 12 años en Ferrara (Italia).   Desde  1990 pasa seis meses del año   en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) donde fundó la Escuela de Arte Lírico Claudia Parada-Anita Veronessi.  Con sus alumnos montó y dirigió  algunas óperas como Carmen, La Vida Breve y La Traviata.  Los otros seis meses del año reside en  Cagliari (Cerdeña), donde también tiene una pequeña academia privada de canto. En su juventud estuvo casada en Italia (ignoramos los detalles), pero la mayor parte de su vida vivió como mujer soltera.

En noviembre de 1984 y también en noviembre de 1989 regresó a Chile, pero no para cantar. Como miembro del Jurado para el Concurso Internacional de Ejecución Musical Dr. Luis Sigall, Mención Canto,  en la ciudad de Viña del Mar.

En una entrevista realizada en Santiago de Chile por Pedro Galindo para el diario “El Mercurio” (Febrero 2000, Claudia Parada hizo las siguientes declaraciones:
“Coordina el Primer Concurso de Canto en Bolivia, con sede en Santa Cruz. Y en contestación a la pregunta “¿Por qué no en Chile y por qué sí en Bolivia?”, respondió: “Porque tal vez en Chile no soy tan necesaria".
“Alguna vez dijo que sentía no haber hecho Carmen. ¿Qué otro sueño pendiente le queda? A lo que respondió: “Con Carmen yo cumplí, dirigiéndola. Por cierto que dentro de los límites que impone un lugar como es Santa Cruz de la Sierra, todavía muy en pañales. Aún así, la Carmen se hizo de la primera nota a la última. Después de haber hecho Salomé, de Strauss, queda en el alma el deseo de haber hecho Wagner y otras obras de Strauss. Pero para ello habría que, vocalmente, vivir muchos años más. Tuve cuarenta años de vocalidad y no me puedo quejar".
“Además es representante de la Fundación Mario del Monaco para América Hispana. Pero declara que desgraciadamente, la fundación no está teniendo todo el desarrollo que se esperaba. Está en manos de los hijos de Mario y se encuentran con muchas dificultades, especialmente económicas. El objetivo deseado es conseguir un contacto más profundo entre el arte lírico italiano y los maestros sudamericanos.”
“A pesar de estos años dedicados a la docencia como continuación a su carrera lírica, ha citado que el mejor momento de un artista se produce cuando opta por terminar. Pero como aclara posteriormente “Eso de ‘terminar’ depende. Terminar de cantar en público es el momento más importante, porque uno tiene que retirarse cuando todavía tiene la posibilidad de decir "yo canto, pero me cuesta un poquito más que el día anterior". Creo que el artista -y hablemos de artista y no de cantante lírico- no se termina nunca. Yo he seguido con la pedagogía encontrando un segundo camino maravilloso”.

La prensa de Santa Cruz de la Sierra informó el 16 de agosto de 2003 que Claudia Parada sufrió un infarto en Roma y se encontraba en terapia intensiva. No hemos tenido más noticias sobre su salud.

Claudia Parada tuvo la desventaja y a la vez el gran mérito de ser contemporánea de grandes sopranos  con las que compitió dignamente: Maria Callas, Renata Tebaldi, Leyla Gencer, Zinka Milanov, Leonie Rysanek, Magda Olivero, Caterina Mancini, Antonieta Stella, Clara Petrella, Gabriella Tucci, Marcella Pobbe, Simona Dall’Argine, Mary Curtis Verna,  Rosanna Carteri, Ilva Ligabue, Anita Cerquetti y muchas, muchas más.

Esta competencia impidió que los grandes sellos grabadores de discos se fijasen en ella. Su voz quedó registrada únicamente en un LP con selecciones de la ópera “Aida” grabado en Italia en  1966 y descatalogado hace muchos años. (Ver: Discografía)

 En nuestros días, Claudia Parada sería una gran diva en todo el sentido de la palabra.

Nota: Estuvo casada en Italia con un primo de su “amiga” Anita Veronessi, su compañera de toda una vida, con el fin de obtener el pasaporte italiano y la residencia en dicho país.

Claudia Parada falleció en Cagliari, a consecuencia de complicaciones de una bronquitis, a los 89 años de edad, el miércoles 14 de diciembre de 2016. De acuerdo con sus deseos, sus restos serán incinerados para después ser enviados a Chile.

DISCOGRAFIA:

EGLOGA PARA SOPRANO, CORO Y ORQUESTA (Domingo Santa Cruz)
Orquesta Sinfónica Nacional, Víctor Tevah, director
Coro de la Universidad de Chile, Mario Baeza, director
Grabado en 1951. Publicado en octubre de 1952, junto a la Sinfonía Nº 1, de Juan Orrego Salas.
LP RCA VICTOR CHILENA- CRL-1   (como “Olinfa Parada”)

AIDA (Selecciones):
Achille Braschi (tenor), Ettore Nava (barítono(
Coros y Orquesta del Teatro Comunale di Firenze, Erasmo Ghili, director
LP- SAGA-STXID 5263 (Inglaterra). Grabado en 1966.
Publicado en los Estados Unidos en el sello Rondo-Lette.
Nota: La carátula y etiqueta del disco LP, por error, la citan como “Claudia PRADA”.

L’INCORONAZIONE DI POPPEA  (ópera completa):
Carlo Cossutta (t), Oralia Domínguez (ms), Bizerka Cvejic (ms), William Wildermann (bs), Renato Cesari (bt). Coros y Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires, Bruno Bartoletti (director).
Grabación del vivo, Buenos Aires, 1 agosto 1965.
CD- OMEGA OPERA ARCHIVE  3049

 

L’INCORONAZIONE DI POPPEA  (ópera completa):
Mirto Picchi (tenor), Boris Christoff (bajo), Oralia Domínguez (mezzosoprano), Renato
Cesari (barítono). Coros y Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino, Carlo Franci (director)
Grabación del vivo, Florencia, 27-30 Noviembre 1966.
CD- OPERA D’ORO OPD-1243 (2006)

 

Juan Dzazópulos E.
Octubre 2003
Actualizada en Julio 2006
Reactualizada Diciembre 2016